Cerca de 400 indígenas colombianos destruyeron este jueves las torres de comunicación de la base militar instalada en el municipio Toribío (suroeste) luego que el presidente de la nación, Juan Manuel Santos, anunciara que no van a desmilitarizar ni un centímetro de la región.
El exalcalde del municipio y líder indígena Gabriel Pavi afirmó que la intención de la comunidad no es enfrentarse con los castrenses. “No vamos a atacar a los militares ni tampoco a despojarlos de sus equipos. Solo vamos a pedirle que se retiren”.
Agregó que la comunidad encontró numerosas trincheras que afectaban el entorno “en esta zona, que es una reserva natural. Por ello, decidieron tapar todos los huecos para devolver el equilibrio natural”.
Por su parte, el líder de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (ACIN), Feliciano Valencia, señaló que la visita del gobierno dejó un balance negativo porque la comunidad no tuvo participación en la discusión de los problemas de orden público y seguridad del departamento.
Valencia agregó que la tarde de este jueves llegarán mil aborígenes más a la región para reforzar la guardia indígena, que son las autoridades que vigilan la zona, pues a su juicio, es la única posibilidad de frenar los ataques de los grupos paramilitares.
De acuerdo con los toribianos la presencia de la Fuerza Pública pone en riesgo a la población. “Más guerra, más militarización, más judicialización y más señalamientos es lo que tenemos todos los días”, expresaron voceros de la comunidad.
El corresponsal de teleSUR en Colombia, Milton Henao, reportó que este jueves la situación sigue siendo delicada en el norte del departamento del Cauca. “La comunidad sigue rechazando la presencia de la seguridad pública” al tiempo que denuncia “que la inversión social brilla por su ausencia”, apuntó.
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