8 Relatos para no olvidar jamás: voces de lxs sobrevivientes a la dictadura

Ante tanto facho weta que sale a defender el regimen del terror y el paraiso del neoliberalismo nos vemos en la obligacion de tener que remecer la memoria historica. Es importante recordar estas violaciones, porque aun estan presentes sus heridas y probablemente no las olvidemos jamás, pues no queremos hacerlo, sabemos que solo asi podremos asegurarnos que no ocurran nunca más. Tambien agregar que la dictadura no ha sesado aunque quieran hacerlo parecer, en “democracia” aún siguen funcionando los organos de inteligencia y su perfeccionamiento, se ha continuado asesinado politicamente bajo la completa impunidad otorgada por el estado, la militarizacion aún sigue -no en manos de los milicos, sino de los pacos militarizados- que sistematicamente han violado a las personas -sean niñxs, hombres, mujeres y ancianxs- de las comunidades del wallmapu y en general a todo quien se manifieste contra este orden. Los relatos fueron extraidos de un documento oficial y aparece abajo pa que lo revise.

Si es que le hiciéramos un perfil psicológico a Chile este se representaría por un claro y complejo cuadro de bipolarismo… de memoria y olvido, de odio y amor, de solidaridad e individualismo. Que se profundiza cada vez más ayudado por la mierda televisiva, la adoctrinante educación, el enajenante trabajo y el individualismo extremo.

Debemos sumar además el inminente cuadro de amnesia que se plasma en un olvido constante de la historia en pro de una falsa unidad nacional.  Intentando dejar atrás los rencores para adherir una sociedad de desiguales y violentadxs.

Es así como en la escuela nos enseña a olvidar… dejar de pensar en las gotas de sangre, gritos y llantos que han marcado el lado oscuro de una historia y la instauración de un sistema desarrollado a punta de sable, cruz y metralla.  Nos han insertado así la historia de los ganadores, de la hegemonía dominante, de lo “desarrollado” y “mejores” que somos en comparación al resto. Pero han ocultado la historia de las mayorías, los horrores cometidos cotidianamente sobre nosotrxs, y los procesos de resistencia y ofensiva que más de una vez han intentado acallar, pero que felizmente JAMAS LO LOGRARÁN.

Es en dicho contexto que acciones como el homenaje a ‘Augusto Perrochet’ o hace unos meses atrás a ‘Krassnoff’ se transforman en un ataque directo a la memoria colectiva del pueblo chileno. Los llamados de reconciliación y reconocimiento son una apología a la violencia y al enfrentamiento. Recordándonos claramente que su reacción frente a las energías y ganas del transformar el mundo, y de la mano acabar con los privilegios que a costa de nosotrxs obtienen, tendrá una respuesta unánime…  REPRESIÓN Y VIOLENCIA.

Y entre tanta verborrea de reconciliación y olvido, no falta quién compra, quién cree que no haber vivido esos tiempos es justificación necesaria para no poder opinar e inclusive cuestionarse los hechos que en la dictadura pasaron. Inclusive la adhesión a grupos que defienden y son pro-activos por la causa iniciada por los padres/madres del neoliberalismo convierten ésta abstracción en acciones contra cualquier forma de avance de sus antagonistas. Como son la Avanzada Nacional, algunas células neo nazis, los para militares en Arauco y aquellxs viejxs y sus familias que mamaron de la teta de la dictadura, que formaron empresas, compraron el país y que hoy son gobierno y en parte oposición.

Les dejamos a continuación algunos breves relatos de hombres, mujeres y niñxs TORTURADXS en dictadura, extraídos del informe Retting:

“[…] embarazada de cinco meses, fui detenida y hecha prisionera. Estuve un mes y medio incomunicada en la Cárcel del Buen Pastor, y sometida en el Regimiento Arica a vejámenes y torturas, entre las cuales debo, como denuncia, mencionar: […] instada a tener relaciones sexuales con la promesa de una pronta liberación; obligada a desvestirme, acariciada en los pechos y amenazada de recibir las visitas nocturnas del interrogador; golpes de electricidad en la espalda, vagina y ano; uñas de las manos y pies fueron arrancadas; golpeada en varias ocasiones con bastones de plástico y con culatas de rifles en el cuello; simulacro de fusilamiento, no me mataron pero debí escuchar como las balas silbaban a mi alrededor; obligada a tomar e ingerir medicinas; inyectada en la vena con pentotal, bajo la severa advertencia que sería hipnotizada como único medio de declarar la verdad; colocada en el suelo con las piernas abiertas, ratones y arañas fueron instaladas y dispuestos en la vagina y ano, sentía que era mordida, despertaba en mi propia sangre; se obligó a dos médicos prisioneros a sostener relaciones sexuales conmigo, ambos se negaron, los tres fuimos golpeados simultáneamente en forma antinatura; conducida a lugares donde era violada incontables y repetidas veces, ocasiones en que debía tragarme el semen de los victimarios, o era rociada con sus eyaculaciones en la cara o resto del cuerpo; obligada a comer excrementos mientras era golpeada y pateada en el cuello, cabeza y cintura; recibí innumerables golpes de electricidad […].”

Mujer, detenida en octubre de 1973.
Relato de su reclusión en el Regimiento Arica, La Serena, IV Región

 

“Fui violada, me ponían corriente, me quemaron con cigarrillos, me hacían “chupones”, me pusieron ratas. Creo que estuve en [recinto secreto de la DINA] me amarraron a una camilla donde unos perros amaestrados me violaron. Estaba siempre con scotch, después una venda y después una capucha. Se reían, nos ofrecían comida y nos daban cáscaras de naranjas. Nos despertaban de noche para perder la noción del tiempo.”

Luego de su liberación fue expulsada del país, sola, sin su familia. Mujer 16 años, Región Metropolitana, 1975.

 

“Fui llevada a [unrecintodelEjército] y fui objeto de abuso sexual. Nos llevaron detenidas con mi hermana y una amiga. Yo fui la primera en ser interrogada. Me hicieron pasar auna pieza donde había tres milicos con su rostro tapado, tenían una bolsa negra en la cabeza , uno por uno me hacían preguntas, pero yo no sabía nada por lo tanto no podía responderle nada. Entonces uno de ellos se bajó los pantalones y sacó su pene y me obligó a que se lo tenía que enderezar con mi boca. Después vino el otro y el otro. En total fueron tres milicos que tuve que enderezárselo, el último se fue en mi boca, no sé quienes fueron o cómo eran porque estaban encapuchados. Lo único que sé es que mi vida nunca volvió o volverá a ser como antes, ya que en ese tiempo era solo una estudiante. Por lo ocurrido no pude continuar estudiando hasta ese momento (…) lo único que sé es que no puedo olvidar nada.”

Estuvo detenida 12 días en la cárcel sin registrar proceso y egresó por falta de méritos.
Niña de 14 años, VII Región, 1973.

 

“fui golpeada en diversas partes del cuerpo. Nuevamente fui manoseada y obligada a presenciar la tortura de mi esposo. Fui desnudada y amarrada a un catre metálico en el que fui golpeada. Estaba embarazada con 6 meses de gestación.”

Mujer, detenida en septiembre de 1974.
Relato de su reclusión en la casa de la DINA de José Domingo Cañas

 

“En un recinto secreto fui torturada, amarrada y vendada. Me dieron de golpes de pies y puños. Me aplicaron electricidad en diversas partes del cuerpo. Me volaron los dientes delanteros de un culatazo. Sufrí abusos sexuales y reiteradas violaciones que resultaron en un embarazo.”

Mujer. Región Metropolitana, 1975.

 

“[…] me pusieron algodón en ambos ojos, luego huincha adhesiva encima y un capuchón negro amarrado a la nuca, me ataron de pies y manos fuertemente y me hundían en un tambor de esos de aceite de 250 litros que contenía amonia, orina, excrementos y agua de mar, así me sumergían hasta que mi respiración no daba más, ni menos mis pulmones y la volvían a repetir una y otra vez, acompañados de golpes y preguntas, eso era lo que llamaban ellos en tortura el famoso submarino.”

Hombre, detenido en septiembre de 1973.
Relato de su reclusión en el Fuerte Borgoño, VIII Región

 

“[…] nos desnudaron y nos pusieron en una jaula, al mismo estilo como transportan los leones de un circo, pero la diferencia era que la de nosotros estaba rodeada de alambres de púas, estábamos a exhibición […].”

Hombre, detenido en septiembre de 1973.
Relato de su reclusión en la Isla Quiriquina, VIII Región

 

“[…] Siguieron las golpizas por largo rato y después de algunas horas, finalmente, cesaron de maltratarnos. Nos encerraron en una especie de jaula de alambre de púa, tirados en el suelo, desnudos y al aire libre. Era demadrugada, hacía mucho frío. Tiritábamos bajo la brisa helada del desierto. Al interior de esa jaula nos encontrábamos amontonados unos sobre otros, por lo que a cualquier intento para acomodarnos provocábamos el dolor de algún compañero. A uno de ellos le habían quebrado la clavícula. Desgraciadamente quedé en una posición incómoda, lo que ocasionó nuevos dolores.”

Hombre, detenido en septiembre de 1973.
Relato de su reclusión en la Base Aérea Cerro Moreno, II Región

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