Sur de Londres, Reino Unido: Mani solidaria contra la prisión, 5 de junio

Fuego a todas las prisiones. Por la destrucción de todas las prisiones y el sistema que las crea. La solidaridad es nuestra arma

 

Traducción del panfleto repartido: 

¿Por qué estamos en contra de todas las prisiones?

Dicen que la prisión es necesaria para castigar a quienes transgreden las “normas de la sociedad”

Ahora, ¿esas normas representan la voluntad de las personas? ¿A lxs pobres les parece bien que su trabajo haga a los ricos más ricos?

Teniendo en cuenta la forma en que funciona esta sociedad, solo podemos decidir lo que hacer según las leyes que un gobierne ha impuesto sobre la mayoría de mujeres y hombres. Por tanto, antes de preguntar si está bien o no castigar con la prisión a aquellxs que transgreden las normas unx debe preguntarse: ¿quién decide (y cómo) las reglas de esta sociedad?

Dicen que la prisión nos protege de la violencia.

Pero, ¿realmente es así? Entonces, ¿cómo es que la peor violencia (tengamos en cuenta las guerras y las hambrunas infligidas sobre millones de personas) es perfectamente legal? ¿Por qué termina la gente en la cárcel cuando se rebelan o roban en tiendas pero hacen carrera o se convierten en héroes si bombardean poblaciones enteras?

La prisión solo castiga la violencia que molesta al Estado y los ricos o la violencia que les resulta más cómodo presentar como abominable. De hecho, es la violencia estructural de la sociedad y el Estado la protegida diariamente por la cárcel.

Dicen que la ley es igual para todo el mundo.

Sin embargo, las prisiones están llenas de mujeres y hombres semianalfabetxs, migrantes e hijxs de la clase trabajadora, encarceladxs por “crímenes contra la propiedad”, es decir, acciones estrictamente vinculadas a esta sociedad y su necesidad: la de encontrar dinero. Sin mencionar el hecho de que un gran número de presxs estaría fuera de la cárcel si tuvieron el dinero para pagar un(a) buen(a) abogadx.

Dicen que las prisiones ayudan a lxs delincuentes a redimirse e integrarse en la sociedad.

Pero la mayoría de lxs prexs, una vez que salen de la prisión, se encuentran las mismas condiciones (e incluso peores que las) que tenían antes de entrar en prisión.

¿Qué de bueno se puede sacar de estar encerradx lejos de lxs personas que unx quiere durante años, de no hacer nada interesante, condenadx a pasar el rato, forzadx a fingir ante lxs trabajadorxs sociales y sicólogos, de acostumbrarse a someterse a los carceleros?

Finalmente, ¿esta sociedad es tan virtuosa, está basada en valores tan ilustrados y relaciones tan igualitarias que es recomendable que unx se integre en ella?

Dicen que la prisión, si no redime, es una fuerza disuasoria para el “comportamiento criminal”. Leer más »

 

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