Nota de introducción: ¿Quien es Emma Goldman?
Fue una revolucionaria anarquista nacida en Lituana de origen judío, conocida por sus escritos y sus manifiestos libertarios y feministas, por ello, y para el contexto social que se agitaba en Europa y EEUU, fue una de las precursoras de la emancipación de la mujer.
Emigró a los Estados Unidos al tiempo de haberse enfrentado a su padre, pues este pretendía casarla con 15 años. Después de los sucesos de Haymarket (donde la revuelta y la Huelga general desemboco en jornadas de lucha callejera, terminando con el juicio a los Mártires de Chicago) y conmovida por el ahorcamiento de los 4 anarquistas, decide acercarse al movimiento acrata. Trabajo como obrera textil y en New York conoce a quien sera su compañero para toda la vida, el revolucionario Alexander Berkman. (Goldman se caso con un emigrado ruso para asegurarse la ciudadanía)
Su apoyo a Berkman en la tentativa de asesinato de Henry Clay Frick la hizo todavía más impopular frente a las autoridades americanas. Berkman fue encarcelado durante varios años.
Emma fue encarcelada, asimismo, en 1893 en la penitenciaria de las islas Blackwell. Públicamente instigó a los obreros en paro a Demandez du travail, s’ils ne vous donnent pas de travail, demandez du pain, s’ils ne vous donent du pain ni du travail, prenez le pain (Pedid trabajo, si no os lo dan, pedid pan, y si no os dan ni pan ni trabajo, coged el pan). Esta cita es un resumen del principio de expropiación preconizada por los anarco-comunistas como Piotr Kropotkin. Voltairine de Cleyre salió en defensa de Emma Goldman en una conferencia dada tras su apresamiento (In defense of Emma Goldman). Mientras permaneció en prisión, Goldman, desarrolló un profundo interés por la educación de los niños, empeño en el que se involucró años más tarde.
Junto con nueve personas más fue de nuevo arrestada el 10 de septiembre de 1901 por participar en el complot de asesinato contra el Presidente William McKinley. Uno de ellos, León Czolgosz le había disparado pocos días antes. Emma, le conoció semanas más tarde y se vio con él una sola vez, al ser arrestada dijo: ¿Tengo yo la culpa de que un loco haga una mala interpretación de mis palabras?
El 11 de febrero de 1916 es detenida y encarcelada de nuevo por la distribución de un manifiesto en favor de la contracepción. Durante varios años, y cada vez que daba una conferencia, esperaba ser arrestada, por eso iba siempre pertrechada con un buen libro. En 1917, y por tercera vez, es encarcelada de nuevo junto con Alexander Berkman por conspirar contra la ley que obligaba al servicio militar en los Estados Unidos. Hizo públicas sus profundas convicciones pacifistas durante la Primera Guerra Mundial y criticó el conflicto por considerarlo un acto de imperialismo. Dos años después fue deportada a Rusia. Durante la audiencia en la que se trataba de su expulsión, J. Edgar Hoover, que era el presidente de la misma, calificó a Emma como una de las mujeres más peligrosas de América.
Residió en la URSS con Berkman (1920 – 1922) y participó en la sublevación anarquista de Kronstadt. Apoyó a los bolcheviques en contra de la división entre anarquistas y comunistas, hecho que se produjo durante la primera Internacional. La represión política, la burocracia y los trabajos forzados que siguieron a la Revolución rusa contribuyeron, en gran medida, a cambiar las ideas de Goldman sobre la manera de utilizar la violencia, excepción hecha de la autodefensa.
De esta época datan sus escritos: My Disillusionment in Russia (Mi desilusión con Rusia) y My Further Disillusionment in Russia (Mi posterior desilusión con Rusia). Disconforme con el autoritarismo soviético, se instaló definitivamente en Canadá. En 1936, Goldman colaboró con el gobierno español republicano en Londres y Madrid durante la Guerra Civil española. Cabe destacar el vehemente artículo que escribió sobre el conocido anarquista español Buenaventura Durruti titulado Durruti is Dead, Yet Living. Emma Goldman murió en Toronto en 1940 y está enterrada en Chicago.
Documental:
http://www.youtube.com/watch?v=pBHSDUMyghc&feature=player_embedded
–extraido da
Documental: Emma Goldman, una mujer sumamente peligrosa (2003)