(Sobre el reo muerto en el interior de la cárcel de Calama).
El pasado 3 de mayo, Justin Pereira, moría al interior de la Cárcel de Calama, producto al parecer, de una caída en una de las duchas del penal, todo esto en la madrugada. El hombre tenía 18 años, y estaba recluido por el “delito” de robo con intimidación.
Lamentamos profundamente la muerte de esta persona, víctima de la larga lista de seres humanos muertos tras las rejas burguesas, las mismas que por siglos han reprimido a nuestros compañeros y los han privado de su libertad. Sobre el actuar de Gendarmería, no nos extraña que Justin no haya recibido las atenciones médicas oportunas, ya conocemos como actúa esta institución, torturando física y sicológicamente a los reos, y haciendo que las familias de estos sufran constantemente pensando en la suerte de sus familiares privados de libertad. Al conocer la actitud de Gendarmería, tampoco nos extraña que hayan mentido diciendo que Pereira murió en el Hospital de Calama, sin embargo no podemos dejar de denunciar esta tergiversación de la realidad, engañando a toda la comunidad calameña, solo para mostrarse como atentos con los presos y no como lo que realmente son: Una institución dedicada a la tortura de los internos.
Junto con todo esto, pensamos que la culpa de que Justin Pereira haya encontrado la muerte al interior de una cárcel, es del sistema, ya que este te impone que para comer, para poder vestirte, beber un vaso de agua, abrigarte, educarte, mantener tu cuerpo sano y un montón de cosas más, debes tener dinero, y sin el no eres nada, eres un simple pobre y si te mueres a nadie le importa. En vista de todo lo expuesto anteriormente, ¿Por qué el robar para conseguir un plato de lentejas es malo?, si el estado nos roba día a día con sus leyes estúpidas y represivas, ¿Por qué no podemos robarle a el?, si los empresarios nos explotan, llenándose los bolsillos de plata a costa del sudor que sale de nuestra frente, ¿Por qué no podemos robar, siendo que ellos son los verdaderos ladrones? Justificamos totalmente el robo como manera de conseguir alimento, como forma para poder sobrevivir en este mundo tan lleno de miseria. Cuando no alcanza con 180 lucas al mes, es obvio, necesario, y moralmente aceptable el robarle a un rico. Ladrón que roba a otro ladrón, tiene 100 años de perdón dicen por ahí. Hay una frase que cae como anillo al dedo para todo lo descrito anteriormente, del padre del anarquismo Pierre Joseph Proudhom, “La propiedad es un robo”. Como la propiedad es un robo, y siendo que los empresarios, la iglesia y el estado tienen la propiedad de todo, ¿No serán ellos los ladrones, en desmedro de los que roban poco?
En vista de todo lo dicho en los párrafos anteriores, y con la experiencia que tenemos, seguimos reafirmando que la muerte de Justin Pereira es culpa del estado, el estado ha agregado una víctima más a su larga y sangrienta lista de muertos. Es por esto que lucharemos hasta vengar a Pereira, y a todos aquellos que han perecido al interior de los centros de exterminio nacionales, más conocidos como cárceles.
Escrito por Juan sin dios.
Publicado en El Sol Ácrata, Junio de 2012, Año 1, N°4.