Por razones personales de las personas que gestionan dicho espacio, el CALDO Vegano (Centro Anti-autoritario Libre de Drogas Okupado y Vegano) cierra sus puertas. La verdad, yo tengo el placer de conocer a esas personas y es una noticia que no me ha dejado indiferente. Pero bueno, supongo que de todo se puede sacar algo positivo. Las casas, los centros sociales okupados, vienen y van, pero las afinidades y solidaridades construidas y reforzadas en ellos, las experiencias (buenas y malas), los deseos materializados en proyectos y herramientas que nos acercan al horizonte de la utopía, perduran.
A continuación, reproduzco el comunicado que recibí en el correo electrónico, no sin antes mandar un saludo a lxs compañerxs del CALDO, y desearles suerte en sus próximas aventuras. Nos veremos pronto.
————-
Esto no es un adiós, es un hasta luego.
Por motivos que no merecen la pena que le dediquemos ni una línea de texto cerramos el CALDO Vegano. El caso es que nos vamos de este espacio. Han sido muchos meses de actividades: talleres de cocina vegana, charlas, proyecciones, debates… Hemos disfrutado cada momento de estos dos años y medio, hemos llevado a cabo un proyecto en el que creíamos firmemente. Hicimos de un lugar mugriento y gris un lugar acogedor, cómodo y luminoso.
Toda la gente que ha pasado por allí nos ha aportado mucho. Quien podría imaginar que un proyecto que iniciaron tres personas calaría tanto en muchas otras. Queremos agradecer a quienes con su presencia y sus ideas llenaron el espacio de vida, es sin duda por vosotrxs que esto ha merecido la pena y por lo que seguiremos luchando.
Hemos crecido con el espacio, con sus idas y venidas de gente, con sus conflictos, pero también con sus alegrías, con la construcción de un día a día nuevo.
El CALDO Vegano no volverá a abrir sus puertas pero nosotrxs seguimos abriendo el corazón a quienes nos han apoyado, ya sea viniendo al espacio o invitándonos a hablar sobre él.
Seguiremos luchando por lo que creemos: promoviendo el veganismo, el no consumo de drogas, una sociedad sin dinero, con valores feministas y en apoyo a las personas represaliadas por el poder, por la autogestión de la salud (y de nuestras vidas).
Nos vemos en las calles y en las plazas.